Según datos de CAPECO el 80% de las viviendas son edificadas de manera informal en el Perú, la autoconstrucción se establece en un 95% de habilitaciones fuera de la normatividad en un permanente crecimiento fragmentado.
Son ejemplos que muestran una situación compleja que configura un escenario vulnerable donde crece y se desarrolla la infancia, una tarea pendiente en muchos lugares, una oportunidad para mejorar el hábitat de niños y niñas a través del urbanismo y la arquitectura.

Este tipo de equipamientos son una oportunidad para afianzar desde pequeños la identidad urbana, gracias a que motiva a una fluida y libre interrelación, fomentando en estas interacciones actitudes de comunicación, cooperación, tolerancia, amistad entre otros que va más allá de la infancia, pues impacta a la población en general.
