La apropiación de espacios por
los niños evidencia un entorno vital, son contextos provistos de posibilidades
para el encuentro, para el juego con otros chicos. Se realizan actividades que
incentivan su imaginación, su creatividad, se afirma el sentido de pertenencia,
aprenden a ser ciudadanos proactivos, que valoran la ciudad donde viven.
Marcos Pinheiro de Almeida (2012)
valora:
El espacio, como uno de los
agentes constructores, contribuye en ese proceso con las diversas posibilidades
de apropiación vividas en los juegos, y que son estimuladas en el imaginario
infantil. Niño y espacio se unen en el lugar para la construcción de sus
identidades (p. 21)
Cuando un niño toma el espacio
público atrae a los hermanos, a los padres, a los abuelos, a los vecinos, se
organiza una interrelación dinámica y se retroalimenta permanentemente. La
ciudad necesita de espacios ocupados por los niños, su presencia motiva la vida
urbana en la ciudad, se construyen espacios seguros, al final son espacios para
todos.
Milton Marcelo Puente
Arquitecto
Foto: Parque de los sombreros, El
Tambo, Huancayo. 2013
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