El ambiente natural permite a los
niños tener contacto con la naturaleza gracias a las caminatas.
La movilidad
peatonal forma ciudadanos, demuestra que el lugar donde habitan los niños los
acoge, los chicos se sienten seguros, son libres para jugar apropiándose de los
espacios en el barrio, del entorno al dirigirse a la escuela, a la casa, al
pasear por la ciudad.
Mientras más posibilidades de
movilidad adquieran los niños, esto determinará un ambiente vivo, se
organizarán espacios lúdicos, la ciudad adquiere una dinámica de interrelación
social permanente entre niños y adultos, al final dicha retroalimentación se revierten
en beneficios para todos los actores urbanos.
El caminar es un actividad que
trae muchos beneficios en los niños, en lo corporal cuida su salud, en su
interior afianza su creatividad, su sensibilidad y en lo social lo integra con
el entorno.
Actualmente se están mutilando
muchos recorridos urbanos en la ciudad, se limitan los beneficios antes
mencionados, se conforma así una ciudad cerrada, limitada para los chicos, un
lugar donde no se puede caminar con libertad ni menos jugar.
Se deben conformar circuitos
lúdicos y seguros en la ciudad, urgentemente, para el recorrido permanente de
los niños, para la dinámica sostenible de nuestras ciudades.
Foto: Caminata escolar del Centro
Poblado de Camisea a la Comunidad Nativa de Shivankoreni. Cusco. Perú. 2013.
Foto: Caminata por Shivankoreni.
Echerate. Cusco. 2013.
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